Descripción Marruecos, el gran Sur

 

                 Y Marruecos 


EL GRAN SUR
Duración 8 DÍAS / 7 NOCHES
Empieza Marrakech – AEROPUERTO
Acaba Marrakech – AEROPUERTO
Tipo de viaje Marrakech. Paisajes, naturaleza, desierto, cultura bereber


RUTA

Día 1 – Marrakech – Bienvenida y reunión con el guía acompañante en el aeropuerto – Traslado hotel o riad
– Tiempo libre Para un primer contacto con la ciudad y su medina

Día 2 – Marrakech – Alto Atlas – Puerto de Tichka (2260m) – Ouarzazate – Palmeral de Skoura – Valle de las
Rosas – Valle del Dades

Día 3 – Valle del Dades – Gargantas de Todra – Merzouga – Dunas de Erg Chebbi

Día 4 – Merzouga – Vuelta a las dunas en 4×4 – Visita a familias nómadas bereberes – Zona de fósiles y
minas – Khamlia (incluida demostración de música tradicional gnaoua) – Excursión en dromedario – Noche
mágica en campamento bereber (haimas)

Día 5 – Merzouga – Rissani – Erfoud – Merzouga – Tarde de relax para disfrutar de un paseo en las dunas, de
la piscina del hotel o para realizar alguna actividad opcional (quads, buggies…)

Día 6 – Merzouga – Alnif – Nkob- Agdz – Valle del Draa – Ouarzazate

Día 7 – Ouarzazate – Ait Ben Haddou – Telouet – Marrakech

Día 8 – Marrakech – Tiempo libre o si la hora prevista de salida del vuelo lo permite, visita opcional con
guía local – A la hora convenida, traslado aeropuerto

2 noches en Marrakech
1 noche en el Valle del Dades
2 noches en Merzouga en hotel a pie de dunas
1 noche en Merzouga en campamento bereber (haimas)
1 noche en Ouarzazate


DESCRIPCIONES

Marrakech es una ciudad vibrante que atrapa al viajero, y es un destino casi imperdible en tu viaje a Marruecos.
En plena medina, el corazón de Marrakech, transcurre la vida de la ciudad por sus calles entrelazadas, con las idas y venidas incesantes de sus gentes.

Marrakech es una de esas ciudades imprescindibles con aires imperiales, llena de contrastes, aromas y colores.

Exótica, caótica, misteriosa y cosmopolita sabe cómo combinar la fascinación oriental con el glamour occidental.

De noche, la mítica Plaza de Djemaa el Fna se convierte en la mirada mágica que más fascina a nuestros visitantes.

La vitalidad que aquí se respira es una imagen imborrable, una experiencia llena de sorpresas y rincones que observar en un continuo ambiente festivo.

Ambiente mágico y festivo los 365 días del año.
Toda ella parece un circo en la que es muy difícil caminar sin pararse a cada paso a contemplar algún espectáculo: bailarines,
grupos tocando música tradicional, saltimbanquis, cuenta cuentos, aguadores, monos, mujeres pintando con henna, puestos de
comida, de zumos, de dulces, dátiles, higos, frutos secos, venta de artesanía, juegos, encantadores de serpientes…

Desde que el sol empieza a ponerse hasta bien entrada la noche, la plaza es un hervidero de gente ofreciendo espectáculo.
Toda la plaza está rodeada de cafés-restaurantes y terrazas y de ella parten las callejuelas que se adentran en el zoco, el más
grande del Maghreb.

Marrakech está de moda.

Muchos la definen como una ciudad «chic» y «cool», y se ha convertido en uno de los destinos preferidos por los famosos.


LA KOUTOUBIA, una de las maravillas del arte Almohade que está situada en el arte Almohade que está situada en el
centro de la ciudad, donde antiguamente se encontraba un Palacio de piedra llamado “Ksar AL HAJJAR”.
MADRAZA DE BEN YOUSSEF, construida en el siglo XVI fue una de las más importantes escuelas coránicas. centro de la ciudad, donde antiguamente se encontraba un Palacio de piedra llamado “Ksar AL HAJJAR

MADRAZA DE BEN YOUSSEF, construida en el siglo XVI fue una de las más importantes escuelas coránicas.
En ella, sus estudiantes vivían en unas austeras celdas mientras acababan sus estudios religiosos.
La parte más bella de la visita confiere en su patio interior con su arquitectura y mosaicos, en armonía con el estanque central utilizado para realizar las abluciones antes de la oración.
Aquí los visitantes encontrarán una tranquilidad extrema, después de haber pasado por el bullicio de las calles de la Medina.

PALACIO BAHÍA, construido en el s. XIX como residencia del sultán.
Bahía significa brillante, de hecho en el s. XIX los marroquíes pensaban haber construido el más grandioso palacio de todos los
tiempos.

JARDIN MAJORELLE, este jardín fue construido por el pintor Jacques Majorelle y por tanto, lo creó como crearía una obra
de arte.
Como curiosidad, hoy en día se habla frecuentemente del color «bleu Majorelle» en honor al azul usado en la gran parte de muros, paredes y detalles del jardín.

En los años 80 el mítico modisto Yves Saint-Laurent lo adquirió y aumentó la cantidad de especies vegetales hasta más de 300.
Se convirtió en su rincón preferido, cuyas cenizas quiso que se esparcieran entre bambúes y nenúfares.

 

LAS TUMBAS SAADÍES, uno de los lugares más visitados de Marrakech.
Estas tumbas datan de finales del siglo XVI y están localizadas en un jardín cerrado al que se accede a través de un pequeño pasillo.

Pasado el umbral, encontramos mausoleos de gran belleza, decorados con mosaicos, y diferentes tumbas que mantienen enterrados a sultanes, guerreros y sirvientes de la dinastía saadí.

JARDIN DE MENARA, el espejo del Paraíso en la tierra.
Con un estanque de 200 por 150 metros con agua de la cordillera del Atlas, que a su vez es el telón de fondo.
El famoso pabellón o minzah era el lugar utilizado por el sultán Sidi Mohammed para sus citas amorosas.

La palabra “Zoco”, del árabe suq, significa mercado y es el lugar donde se desarrolla la vida de la ciudad.

El Zoco de Marrakech comienza en el norte de la Plaza de Djemaa el Fna y ocupa decenas de laberínticas calles, donde se pueden encontrar artesanos agrupados por gremios.
Es necesario regatear teniendo en mente un precio máximo y mínimo a pagar.
En el Zoco puedes encontrar todo tipo de ropa, especias, comida, artesanía, trabajos de forja y productos típicos.
La lista de productos que puedes comprar en el Zoco es prácticamente infinita.

Déjate llevar por esta práctica social y disfruta de la pequeña diversión que supone El arte del “regateo”

 


Para comprar algo en el zoco es obligatorio recurrir al regateo.
A la hora de comprar en el Zoco debes tener en cuenta que el precio inicial no suele tener nada que ver con el precio final.

Las bromas y el sentido del humor serán las mejores herramientas para llegar a un acuerdo entre comerciante y comprador.


El Atlas es un sistema montañoso que recorre, a lo largo de 2400 km, el noroeste de África, desde Túnez hasta Marruecos.

La población del Atlas en Marruecos es mayoritariamente bereber.
El Atlas separa las costas del mar Mediterráneo y del océano Atlántico del desierto del Sahara siendo éste uno de los factores que provoca la sequedad de este desierto.


El puerto de Tizi n’Tichka es un puerto de montaña marroquí que cruza la cordillera del Atlas, su cara norte mira hacia la cosmopolita ciudad de Marrakech, su cara sur al desierto del Sahara.

Este puerto, alcanza los 2.260 metros de altura sobre el nivel del mar, siendo el puerto más alto de Marruecos.

El palmeral de Skoura, es un oasis en medio de los áridos terrenos donde las palmeras o los olivos dan el toque verde al lugar.

En este oasis de verdor, ademas de 700.000 palmeras, se da una gran concentración de Kasbahs.

Algunas de las kasbah mejor conservadas son las de Ameridil, Ait Abú o Ait Ben Moro, esta última convertida en hotel.

A las faldas de las montañas del Atlas en la ciudad de Kelaa M’Gouna nace el Valle de las Rosas, donde se cultiva la especie damascena.

El Valle de las Rosas con sus aromas embriagadores está formado por hectáreas de rosales, cuyo aroma se aprecia durante todo el mes de mayo.

En esta época del año podréis apreciar un paisaje deslumbrante y encantador.
El cultivo de las rosas, la destilación de esencias y la producción de perfumes son las industrias más importantes de este lugar.

Este lugar es muy conocido por su «festival de las rosas «, que tiene lugar todos los años en el mes mayo.

Viajar al desierto comporta misterio,
aventura y descubrimiento.
Su naturaleza, la sabiduría de sus gentes, su hospitalidad y su gastronomía nos ofrece un marco incomparable para disfrutar de unas vacaciones diferentes.

Con las rutas que proponemos tendrás la oportunidad de experimentar y vivir la magia del desierto en primera persona.

Merzouga es un pequeño pueblo bereber al sur del Sahara bereber situado en el fondo de las dunas de Erg Chebbi, y en
estos últimos años se ha convertido en uno de los puntos destacados de destinos de todo el norte de África sahariana.

Las Dunas de Erg Chebbi están situadas a pocos kilómetros de la frontera con Argelia y tienen una energía especial y única.

La duna más grande de Erg Chebbi cuenta con 250 m. de altura y su arena de color rojo proporciona uno de los más fantásticos paisajes de toda África.
Un viaje a Marruecos sin visitar Erg Chebbi es de algún modo incompleto.

Si viajas a Marruecos es imprescindible que te dejes atrapar por la magia del desierto del Sáhara, el más cálido del mundo y uno de los más grandes del planeta.

En sus dunas los visitantes encuentran la paz de la desconexión, tan necesaria estos días para quien lidia con el estrés del
tiempo y de las agendas de Occidente.
Es en el desierto del Sáhara donde se mantiene más intactas las costumbres y tradiciones de los pueblos bereberes, y de sus antepasados nómadas.

Los bereberes nómadas se mueven allá donde hay agua, en un desierto donde llueve quizás una vez cada seis meses.

No es solo por ellos, sino también por el ganado.
Caminan kilómetros y kilómetros montando y desmontando su campamento y acompañados de sus mulas, dromedarios y rebaños.

La vida en el desierto es dura por las condiciones climáticas y la búsqueda incesante de agua, aunque no requiere de mucho, porque no se puede acumular, al tener que transportarlo y también almacenarlo.

Lo más importante son las garrafas de agua, la comida y los enseres de cocina.
Para refugiarse de las extremas condiciones del desierto, los nómadas hacen campamentos con resistentes telas que les protegen de las extremas temperaturas o, si prevén que van a quedarse largo tiempo, levantan casas de barro que tardan semanas en ser
consistentes.
Algunas de ellas les sirven como “trastero” para almacenar mientras viajan.

Por eso es importante vivir la experiencia en el desierto: por alguna razón, este lugar mágico reconecta con nuestro yo más humano, más ancestral.
Y esa sensación de que el tiempo se detiene aporta tanta paz, tanta desconexión (re-conexión), que es imposible que regreses del desierto marroquí sin haber cambiado, sin haber aprendido.


Los habitantes de Khamlia son en su mayoría negros, descendientes de esclavos del Africa subsahariana, los Gnawa o Bámbaras.

En el pueblo de Khamlia la música Gnaoua suena 365 días, siendo el sonido de fondo de las actividades cotidianas del pueblo.
Existe la creencia de que los músicos Gnaoua pueden transmitir la “Baraka” (gracia divina) otorgada por Alá a través de su música y sanar así enfermedades.

También existe la creencia de que mediante dicho trance, una persona poseída por un Yin (espíritus malignos también muy presentes en nuestra cultura ancestral Amazigh) puede ser desposeída.

Es habitual ver a algunas personas entrar en un trance frenético a través del que liberan sentimientos o emociones bloqueadas en una especie de catarsis curativa inducida por el mismo trance musical.

Observa el espectáculo con los ojos del que mira unos cantos y danzas ancestrales.

No es un espectáculo preparado.
Lo que vas a ver no tiene adornos ni aditivos, lo que vas a ver es la misma música que ellos representan en sus
festejos, tal cual.

La región de Rissani se compone de un grupo de aldeas a lo largo del último tramo del valle del Ziz.

Esta localidad nos da la impresión de ser un lugar bonito y tranquilo, que se anima únicamente los días de mercado.

Los día de mercado son: martes, jueves y domingos.

A destacar la Kasbah de Bou Am y su animado zoco, donde se pueden encontrar los apreciados dátiles Majhoul del Tafilalet, la artesanía de la región, con las joyas del sur, objetos rústicos, los pañuelos bordados , mantas, alfombras y gran variedad de fósiles.

Rissani fue la antigua capital del Tafilalt (conocida posteriormente por Sijilmassa) ciudad Santa y cuna de la
dinastía alauita.

Rissani

Su situación como cruce de caminos entre el norte y el sur dio a la ciudad una cierta importancia en el pasado.

Todavía a día de hoy quedan restos de esa grandeza.

Situada en el valle del río Ziz, en el palmeral del Tafilalet, a 80 Km. de la capital regional Errachidía, es un pequeña ciudad moderna y centro administrativo de la zona.

Erfoud tiene un importante zoco y mercado, junto a la plaza central, centro neurálgico de la población, cercano al río.

En las montañas cercanas abundan las plantas aromáticas y medicinales que podremos encontrar en los herbolarios tradicionales y que son muy usadas en la condimentación de la cocina local.

No olvidemos los magníficos dátiles.
En esta ocasión, en el mes de octubre tiene lugar la celebración de la cosecha de los dátiles, producto muy marroquí que resulta exquisito

Durante las celebraciones de este Festival, la ciudad de Erfoud se convierte en capital hasta donde llegan locales de otros municipios, pero también gran cantidad de turistas dispuestos a contemplar las danzas y la música más folclórica en honor de los pequeños y dulces frutos.

Tierra de Fósiles
Los principales yacimientos de fósiles se encuentran a 13 Km de la ciudad, en dirección Merzouga.
También los podemos encontrar en el mercado local y en su mayoría datan de la era primaria, cuando la zona estaba bajo el mar.

Es uno de los oasis situados en las faldas sur de los montes del Jebel Saghro, que cierran el paso al desierto, recibiendo su aire
tórrido y sus vientos cargados de arena que, a lo largo de los milenios, han moldeado en sus peñas de arenisca un relieve singular.

Este sitio hace parte importante de la historia de las tribus bereberes en esta parte del país y donde se encuentran más de 40
kasbahs, cascos antiguos, o pequeñas villas que la conforman, y que muestran el papel destacado que tenía durante las épocas
de la ruta del comercio en caravana que se hacían a Tombuctú.

Agdz se encuentra a unos 65 kilómetros al sur de Ouarzazate, 92 kilómetros al norte de Zagora.
Agdz, que significa «lugar de descanso«, se encuentra a lo largo de la antigua Ruta de las caravanas que unía Marrakech
con Tombuctú y desempeñó un papel importante en el intercambio de mercancías a través del Sahara.


A lo largo del valle del Draa se suceden los oasis y palmerales que contrastan con el paisaje desértico y las impresionantes construcciones de adobe a ambas orillas del río.

Este recorrido que nos lleva hasta Zagora fue una de las antiguas rutas caravaneras del comercio de esclavos, oro y sal.

Una ruta indispensable de inéditos paisajes, construcciones milenarias, culturas históricas y fascinantes pueblos que conforman una experiencia completa en los recorridos hacia las tierras del sur.

Tras las montañas del Atlas, un río excava un valle entre palmeras y desiertos.

El verde contrasta con el ocre, y la vida se pega al agua.

Los dromedarios indican que el Sáhara está cerca: nos encontramos en el valle del río Draa.

El Draa es el río más largo del país, con casi 1100 km de longitud.

Nace en el Alto Atlas y desemboca en el Océano Atlántico.

El Valle del Draa tiene unos 200 km de largo y serpentea a lo largo del río, entre montaña, desierto y oasis.

Tal paisaje de contrastes entre aridez y valle fértil, cultivo y erial, rodea la carretera que conecta Ouazarzate con Zagora.

La llaman la puerta del desierto de Marruecos, pues es la última ciudad que hay antes del Sáhara, y el Hollywood de África, ya que acoge uno de los estudios de cine más grandes del mundo.

Antiguamente fue el punto de parada de las caravanas procedentes del Sáhara con destino a Marrakech y otras ciudades imperiales del norte del Atlas.

Ouarzazate es la ciudad más desarrollada en el sur del Atlas y debe su estatus por la presencia de los estudios de la industria
cinematográfica y el cine.
presencia de los estudios de la industria
cinematográfica y el cine.
Tal y como hemos avanzado, Ouarzazate se ha convertido en un lugar de referencia para el mundo del cine; en la capital cinematográfica de Marruecos.
Por ello, no extraña que aquí se encuentren uno de los estudios de cine más grandes y famosos del mundo, los Estudios Atlas.

ESTUDIOS UNIVERSALES DE CINE
Los Atlas Corporation Studios se inauguraron en 1983 y son como el Hollywood marroquí.

Aquí se han rodado grandes películas y superproducciones, entre otras El Reino de los cielos y Gladiator de Ridley Scott, Alejandro Magno, Astérix y Obélix de Alain Chabbat, Cleopatra de Frank Roddam o El jardín de Edén.

Se puede realizar la visita a estos estudios siempre que no haya ningún rodaje.

Lo que uno se encuentra son decorados de varias películas, véase la fachada del templo tibetano que empleó Scorsese para su película Kundun, el mercado de esclavos que Ridley Scott usó en Gladiator o el avión, algo descacharrado, donde se montó Michael Douglas en La Joya del Nilo, de Lewis Teague.

KASBAH TAOURIRT
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, esta imponente Kasbah fue la residencia de uno de los gobernadores más poderosos de la región y actualmente es la sede de una organización encargada de la conservación del patrimonio arquitectónico del sur de Marruecos.
Esta kasbah tiene una compleja superposición de muros y torres almenadas que forman una verdadera fortificación y se dice que fue una de las kasbahs más hermosas de todo Marruecos.

Perteneciente a uno de los señores que dominaba todas las tierras del Atlas, las dimensiones y suntuosidad eran como mínimo bastante ambiciosas: cuando lo observas desde lejos, más que un palacio parece una pequeña ciudad de adobe
Sus torres poseen un trabajo decorativo muy logrado, y está rodeado de murallas con dibujos de formas geométricas.

Si vamos en el horario de visita hasta las 18 horas, podremos realizar un recorrido por el interior guiado.

En él nos explicaran el uso de cada uno de los espacios, la zona de rezo, los espacios para recibir las visitas.

Incluso, en alguna de las estancias se puede ver el detalle labrado en los techos con madera de cedro y el stuc pintado.


Ait Ben Haddou, es un fabuloso lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Situado en lo alto de una colina, cuenta con un increíble pueblo fortificado (ksur) construido en adobe que ocupa toda una ladera en el fondo del río y ofrece excelentes paisajes y una de las mejores vistas de Marruecos.

Infinitas son las sensaciones que transmite este lugar durante el atardecer y el amanecer debido al contraste de colores, luces y sombras que se crean.

Ait Ben Haddou es una de las Kasbahs mejor conservadas de todo Marruecos, y es todo un ejemplo sobresaliente de construcción de las Kasbahs que pueden encontrarse en la zona del Valle del Draa, Todra, Dades y Sous
En Ait Ben Haddou puede apreciarse como las construcciones están realizadas en una posición estratégica frente a una montaña, rodeada por torres angulares y una muralla defensiva.

No se sabe con determinación la fecha de la que data Ait Ben Haddou.

Esta impresionante construcción realizada en adobe sigue habitada por unas pocas familias.

Está coronada por un risco de unos cien metros de altura, en el que hay restos de una antigua edificación y desde donde se divisa un magnífico paisaje, lugar ideal para realizar algunas fotografías del entorno.

Algunas de las fotos más típicas de Ait Ben Haddou se han tomado desde este risco.

Sus torres almenadas están decoradas con arcos ciegos y diseños georasmétricos que crean un efecto de luces y sombras.

El perfil de las construcciones, el entorno impresionante y la gentileza de sus gentes han visto pasar varios equipos de filmación a lo largo de muchas décadas.

Aunque el paisaje es árido y rocoso, el agua no escasea.
La tierra es de poca vegetación, aunque abunda la palmera datilera, la higuera, el naranjo y limonero, entre otros árboles frutales como el almendro o el manzano.

En una visión amplia del paisaje podemos ver diferentes tonalidades de rojo, según la hora del día, con sus numerosas torres fortificadas que parecen adosadas a la montaña

Aunque las kasbahs de Taourirt y Ait Ben Haddou casi monopolizan la atención del turismo, una de las que sin duda merece una visita es la de Telouet, antigua kasbah Glaoui situada a 1650 metros de altitud.

Esta kasbah tiene un interés especial; no sólo por el esplendor sobrio y macizo de su arquitectura -tan diferente de otras de la ruta- sino también por la fama de quien fue su principal ocupante, Thami el Glaoui.

Nacido en 1879, hijo del artista Hassan El Glaoui y abuelo del cineasta Mehdi El Glaoui, su nombre deriva de la que era una de las tribus más importantes del Alto Atlas debido a su control ancestral de las cercanas minas de sal y de los derechos de paso de las caravanas que enlazaban el Mediterráneo con el Sahel.

Sumida en el desamparo y la decadencia desde su abandono en 1956, el palacio de El Galoui aún nos permite admirar la lujuria y suntuosidad en la que vivía «el último señor del Atlas».

Construida sobre los cimientos de un antiguo complejo que incluía una kasbah y una fonduk, se habla de que trabajaron en su construcción más de 300 personas durante 5 años, de los cuales 3 fueron para los tallados de madera, estucos, vidrieras y alicatados.

Paseando por ella se suceden puertas de cedro, caligrafías en relieve, ataurifes, lacerías, arabescos, arcos, columnas, capiteles labrados, sahns, paños de sebka, nesjis, alicatados y, en general, buena parte de los elementos que configuran la decoración arquitectónica islámica.

Imposible no destacar la ventana preciosamente enrejada desde la que se obtienen unas vistas espléndidas del paisaje, haciendo contraste entre la luz exterior y la penumbra interior, y que constituye todo un icono del lugar.